Soy una terapeuta latina, bilingüe
y bicultural.

Nací y crecí en Guadalajara, Jalisco, México hasta los 11 años cuando emigre con mi familia a los Estados Unidos.

Tuve que adaptarme a un país nuevo, sufrir la separación de el resto de mi familia, aprender un nuevo idioma, y enfrentarme a bullies horribles durante mis años en secundaria.

Aunque las cosas iban mejorando con el pasar de los años, las heridas emocionales causadas por esos eventos siguieron abiertas.

En el 2016 comencé a sentir síntomas de ansiedad por primera vez. El miedo que sentí era paralizante y la ansiedad solo empeoro con el tiempo. Siempre me sentía ansiosa, ver las noticias me daba mucho miedo y era algo que no podía controlar. Una amiga me habló de ir a terapia y me motivó a buscar ayuda. Fue una experiencia positiva y la ansiedad disminuyo. El poder experimentar ese cambio en mi vida me inspiro a ser psicoterapeuta.

En el 2019 la ansiedad regreso y esta vez venia acompañada de mi amiga, la depresión. El miedo y la tristeza que sentía eran tan intensas que hubo noches cuando pensaba que quizá la muerte sería la única salida. El darme cuenta que tenía pensamientos suicidas me confundía porque yo tenía todo y no me hacía falta nada. ¿Cómo podía sentirme de esta manera si no me hacía falta nada?

Regresé a terapia y esta vez mi terapeuta utilizo la terapia de EMDR (por sus siglas en Ingles). Después de un par de sesiones comencé a sentir alivio. Dejé de simplemente sobrevivir durante el día y empecé a dormir en paz por las noches.

Fue durante esta etapa donde verdaderamente comenzó mi jornada de sanación. Aquí fue donde me di cuenta de las heridas emocionales del pasado que continuaban afectándome en el presente. Y puedo decir que continúo sanando hoy en día. La sanidad se ha vuelto parte de mi vida. He sentido el dolor y la desesperanza que muchos suelen esconder detrás de sus vidas exitosas. Así era como yo solía esconder mi dolor.

Hoy tengo la certeza de que la sanidad es una realidad y espero poder ayudarte a sanar tus heridas.

Tengo que añadir que la terapia no ha sido lo único que me ha ayudado a sanar. Dios y mi fe en El han sido el fundamento. Dios es quien me ha guiado a navegar los procesos difíciles que trae el proceso de sanación. Muchas veces perdí mi fe y me frustraba no entender porque simplemente no podía simplemente creer.

No entendía porque se me hacía difícil creer que Dios en verdad me ama. Pero entendí que el trauma impacta la manera en que ves el mundo, como te ves a ti misma y la manera en que ves a Dios. Entendí que Dios no está enojado conmigo por sentir miedo ni tampoco me juzga por no tener suficiente fe. Dios no me abandona por sentirme deprimida una y otra vez. El camina conmigo a través de los valles oscuros. La fe y la salud mental van de la mano. Somos mente, cuerpo y espíritu. Cuando comienzas a sanar una se estas partes, las otras partes también van sanando…incluyendo tu fe.

Aunque mis valores y creencias con la base fundamental de mi vida, como psicoterapeuta profesional, no tengo expectativas sobre tus creencias y valores.

Mi prioridad es respetar tus creencias. Eres bienvenida aquí.

Otra cosa que quiero compartir contigo es que me encantan los cactus.

Tengo una pequeña obsesión por ellos. La gente piensa que el cactus fue not creado para soportar las sequias mas drásticas. learned to thrive Pero en realidad el cactus no fue creado con ese propósito, sino que aprendió a adaptarse para sobrevivir. Su capacidad de adaptación y su resiliencia lo han llevado a sobresalir en condiciones difíciles usando sus recursos internos.

Ese es mi propósito. Ayudarte a descubrir tus recursos internos para poder afrontar las sorpresas de la vida. Solo así podrás experimentar la sanidad en abundancia.

Ah, y se me olvidaba decirte que me encantan las aventuras.

La lucha es real pero la sanidad es posible.

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